Wednesday, June 30, 2010

Mi infancia

Estoy en un lugar que ya nada lo puede superar.
Aunque aún te recuerdo y te veo tan claramente como ayer.
Tu mágica manera de mostrarme el mundo se fue con vos, aunque en la parte mas interna de mí, en ese músculo del tamaño del puño, se mantenga tu esencia.

Una dulce melodía de fondo me remueve hasta la infancia, allí un pasillo con dos sillones enormes para mi altura ínfima, una mesa rectangular con su equipo de música. La luz cálida que te rodea.
Tu mano en la panza y la otra en alto. Un baiben de lado a lado lento como el soplar del viento. Estiras la mano y me invitas a bailar, como si fuera un gran baile acepto, aunque claro, debo pararme sobre tus pies porque no puedo seguir tus pasos de otra manera.
Corres hacia la cocina, ahí está la abuela sentada en su silla que la mese...
Un olor agradable, las ollas que escupen vapor, la mesa larga puesta y mi sillita de madera a un costado. Todo listo y a comer, esas sopas de invierno espumosas, de ingredientes y amor.

Los vidrios de todos colores en nuestro comedor, el cielo celeste y el patio del macetón. El zaguán y las perras, la kity y la otra turra que la lastimo.
La abuela echada en el piso con migo.
El helado que me compré yo.
Los rosales en todo el patio, el de a flor china de color fucsia y todas sus abejas zumbando. Los helechos y entre ellos los que rompía yo, esos con hojas verdes y del otro lado botones. Haciendo helicópteros desde el balcón, con las hojitas que daba ese árbol. La abuela cociendo en el comedor, siempre vestidos largos y blancos, muchos lindos para mí. El abuelo comprando bombones, caramelos y botellitas de chocolate y licor. Esos que robaba yo del cajón, aunque después le pedía.
Esos juegos de ingenio re difíciles o los pescaditos con el imán. Tus abrazos... como extraño eso.
Aunque me retabas si le hacia fuerza a las fichas del rompecabezas, porque no me fijaba bien el color. Entonces me obsequiaste rompecabezas que pudiera armar yo, uno de un conejo re grande me acuerdo, de 20 fichas o más. Me sentí re poderosa y así aprendí a jugar.
Tardes de mates de leche y dominó, hoy mesa para cuatro. Y los peluches de la abuela, que juntó por promoción, esos que rompió la "Queen" cuando la abuela recién se mudo.
Dulce de leche casero, pastas y carnes los sábados. "Radio Miki está llamando, tutucanilla" y que se yo...

Tantos recuerdos tuyos guardo.

1 comment:

posiones mágicas said...

ME ENCANTO MICA; TE AMO, YO NO TENGO ESOS RECUERDOS , por lastima , sabes qe se fue antes de qe tenga memoria, pero recuerdo a el en la cama, te re inspiraste hermanita ♥ te amo besoo.

Nico

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Sabes que sale de la mezcla de: Una Geiya reprimida, una liebre de marzo y un actor melodramático?? jaja... io.