Ni los millones de hombres sobre la tierra ocuparán tu lugar,
ni por el momento un espacio tan importante como el que lleva tu nombre.
Los días perdidos nos dejaron sed de vernos.
Sed de amarnos. Más, mucho más.
Y en cada beso ese calor se enciende.
Despierta en mí más soledad.
No es que lo quiera así, pero la lluvia lava las heridas, al terminar el dolor se acaba poco a poco mi lazo con vos.
Lo que te puedo asegurar es que te adoro,
como nunca jamás quise a nadie.
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